– Mapas con el acceso a la información pública para los ciudadanos
El equipo del Comisionado de Transparencia de Canarias llevó a cabo a finales de diciembre lacampaña informativa llamada «Canario, conoce tu derecho a saber y a preguntar». Trata de que se conozcan en mayor medida las posibilidades que, desde hace cinco años, las leyes de transparencia abren a todos los ciudadanos. No solo crean los portales de transparencia para que se informen, sino que les abren más amplias posibilidades para que pregunten por cuestiones de su interés.
«Las leyes de transparencia convierten a todos los ciudadanos en periodistas en una continua «rueda de prensa permanente» -las 24 horas de los 365 días del año- por medio de preguntas de fácil, rápido y gratuito acceso a través de las sedes electrónicas de las 98 instituciones canarias y de sus órganos dependientes», indica Daniel Cerdán, comisionado de Transparencia de Canarias. Los banners de la campaña conducen a los mapas de internet donde se hallan los 336 portales de transparencia públicos de Canarias y, sobre todo, los más de 110 sedes electrónicas que en Canarias pueden recibir sus preguntas. Las administraciones están obligadas a responder en un mes. De ser negativa la respuesta, los ciudadanos pueden presentar recurso o reclamación gratuita y sin gastos jurídicos desde su casa, cómodamente, a través del la sede del Comisionado.
La campaña informa asimismo de los resultados de la última Evaluación del Índice de Transparencia de Canarias (ITCANARIAS) en la que han rendido cuentas sobre su transparencia 661 organizaciones: 322 públicas, 46 corporaciones de derecho público y 293 privadas.
Cuña de radio 1: «La transparencia pública no avanza sola»
Cuña de radio 2: «¿Qué necesitas saber de los poderes públicos?»
En su cuarta edición anual, 661 entidades públicas y privadas han presentado su autoevaluación de transparencia a través de la sede electrónica del Comisionado, frente a los 278 registradas el año anterior; es decir, se han incrementado un 137 % a pesar de las limitaciones impuestas a todos por el teletrabajo por la pandemia del Covid-19. Se calcula así el Índice de Transparencia de Canarias (#ITCanarias), un ranking único en el país, ya que ha llegado a alcanzar e integrar a todas las 98 instituciones principales de Canarias (universidades, cabildos, ayuntamientos y Gobierno) y a 224 de sus 238 entidades dependientes (a más del 95 % del sector público canario).
Si el año pasado hubo 62 incumplidores de las 340 organizaciones públicas citadas (un 18 % del total) este año se han reducido a 14 de las 336 (apenas un 4 % del total). Se confirma así cada año una progresión positiva del conjunto de sujetos obligados, que mejoran sus portales de transparencia para no aparecer en mala posición en el ITCanarias.
En este ejercicio, el Comisionado de Transparencia ha añadido al censo de entidades sujetas a la evaluación a las 487 empresas, ONGs y entidades privadas que recibieron más de 60.000 euros de subvención del Gobierno de Canarias en 2019, y a las 66 corporaciones de derecho público (colegios profesionales, sobre todo) de la Comunidad Autónoma. Y así, el censo de entidades para la evaluación de la transparencia ha pasado de 340 instituciones del año pasado a 889 para el presente año. En los últimos meses ha iniciado una nueva línea trabajo sobre la transparencia en las páginas webs públicas sobre el COVID-19; con la que se ha logrado que todas las 98 instituciones canarias cuenten cómo han informado sobre el tema en sus webs públicas.
La muestra fotográfica «Adán Martín. In memoriam», del fotógrafo Carlos González, se prolonga hasta el sábado, a las 14 horas, en la sala de exposiciones del Parlamento de Canarias. Hoy viernes, su horario concluye a las 20 horas.
A lo largo de sus 28 años en la actividad pública, desde los inicios democráticos de 1979 en el Ayuntamiento de Santa Cruz hasta su salida del Gobierno de Canarias en 2007, Adán Martín no hizo apenas sesiones o posados fotográficos. Tampoco en público buscaba el ojo a la cámara. Pero en tan largo periodo en el servicio público existen miles, decenas de miles de fotos que son testigos, sobre todo, de su sonrisa. Una sonrisa que, a su vez, era una adelantada de su franqueza, de su llanura en el trato, de su natural forma de quitarse importancia, de su capacidad de situarse en cada momento -olvidándose de la cámara – a la altura vital del que tenía enfrente, fuera un niño, un anciano, un sabio o un persona corriente.
La selección de fotos de esta muestra recoge una parte de su esencia y aspira a rendir un pequeño homenaje, a los diez años de su temprana muerte, a un hombre sin excesivas ambiciones políticas. Un hombre que comenzó como concejal, que se retiró a su casa después de ocho años y que hubo de ser repescado a última hora para liderar una candidatura al Cabildo de Tenerife, desde la que transformó la institución en doce años. Y con esa enorme experiencia dejó una impronta grande en sus ocho años en el Gobierno de Canarias.
Adán Martín fue el hombre del que más he aprendido en mi vida y el que, junto a mi padre Antonio, aún me ayuda a ser mejor persona. Y no tanto porque Adán fuera por ahí dando grandes lecciones. Bastaba fijarse un poco en lo que hacía y en cómo lo hacía para descubrir buenos ejemplos, buenas prácticas. Basó su potencia profesional y humana en su formidable memoria de elefante para procesar y mezclar las cosas buenas y en su memoria de mosquito para las maldades y las ofensas. Y minimizó los errores con el estudio a fondo pros y contras y con la escucha sin prejuicios a los defensores y detractores de propuestas o proyectos difíciles. Persistente hasta llevar incluso la contraria al reloj cuando lo precisaba, no dio nunca por perdido un balón hasta el último segundo; y aun hasta más tarde. Con esas tres armas y la paciencia estoica de un planificador a largo plazo fortificó unas maneras entrañables de ser y de hacer: generosa en el trato y fructífera en los resultados.
Adán Martín fue un hombre que generaba y mantenía lazos irrompibles de apoyo, estímulo y amistad con sus equipos; incluso, increíblemente, con ese pequeño puñado de compañeros de partido que le dieron miserablemente la espalda en sus tres últimos años, a pesar de haber crecido a su estela. Nunca dejó de asombrarme el cómo llevaba su amistad hasta el extremo de buscar justificación de algún tipo a las debilidades humanas de aquellos supuestos amigos que se envilecieron con él hasta lo indecible cuando decidió dejar por completo las instituciones para volver a su oficio.
Adán Martín trazó siempre líneas de confianza permanente con los partidos de enfrente o los colectivos sociales, porque cumplía su palabra. Y porque su imagen [tan viva aún en la muestra que mañana se cierra] no era impostada. Era fiel reflejo del hombre bueno que había detrás.
A los diez años de su muerte, bueno es recordar a esa rara avis de la técnica política que fue Adán Martín.
Con ese cierto desdén de quienes se creen por encima de eso, decían que era un tecnócrata, sobre todo un tecnócrata.
Tecnócrata como quien está más apegado a los datos y reglas que a las altas misiones e intuiciones reveladas de la alta política, o a sus retóricas de salón. Suena a eurócrata o burócrata y poco a estadista, dirigente o líder.
Pero durante sus casi treinta años en política no perdió ni una sola de las elecciones en el ámbito canario (local, insular y autonómico) a las que se presentó o encabezó, desde su primera elección como concejal en 1979. Quizá no haya un ejemplo igual. No lo hay. Curioso para ser un simple tecnócrata.
Hay muchos políticos que minusvaloran la técnica, el dato o la ciencia y lo fían todo al relato, se dice ahora. Antes lo llamaban propaganda o marketing, pero suena mucho peor.
El relato no cambia las cosas pero ayuda a que crean que sí los que se fijan menos.
Adán Martín, descubrió que su mejor relato eran los hechos. Puros, desnudos. Había que hacerlos y pasar a otra cosa. De tantos y tantos, hasta los que no se fijan acababan por verlos; sobre todo cuando se construían en base a planes de los que todos se sentían partícipes. Y entonces, nadie tenía que creer en relatos cuando esas narraciones eran las suyas propias o hechos a la vista y disfrute de todos. El hecho demuestra y el relato aparenta. Justo hace diez años, justo cuando Adán Martín murió, publiqué en EL DÍA una pequeña pieza, El don de Adán, en la que quise resumir su gran y fascinante herramienta secreta: “Compartir fue su fórmula mágica: reunir las suficientes voluntades para atacar los más altos logros, aunque eso le privara de quedarse solo en el primer plano”.
Cuando todavía no se hablaba de “políticas basadas en la evidencia” como antídoto contra todas las cantinelas, cuentos, fábulas y bulos [ahora llamadas desinformaciones, intoxicaciones o postverdades] el tecnócrata Adán Martín empleó el dato técnico como un arma poderosa para hacer políticas tan sostenibles en el tiempo que aún muchas se están desplegando hoy, diez años después. Se dice fácil, pero requiere muchos codos y mucha escucha. Activa, antes y después.
Manejar datos hasta exprimirles evidencias que convertir en planes y proyectos no es en sí mismo condición suficiente para nada bueno. Siempre ha de haber un buen para qué.
Y Adán Martín, que sabía que la felicidad no se puede ni planificar ni programar [porque siempre la experimentamos en modo pasado, en hechos felices que nos pasaron] supo encontrar un porqué y un para qué. Y lo expresó en la hora de su investidura como presidente del Gobierno de Canarias en lo que, años después, algunos lo llamaron en un libro “El Discurso de la Felicidad”:
“Cuando uno se pregunta —dijo en el Parlamento— por qué está en política… cada uno de nosotros podría plantear diferentes razones. Pero hay un objetivo común que debe unir a todos los gobiernos, a todos los que sirven a los demás: el deseo de conseguir las condiciones objetivas para la felicidad de las personas. Fíjense que no digo hacer felices a las personas, sino solo facilitar los medios para que pueda ser posible. La felicidad es un concepto difícil de definir, muy complicado de alcanzar y quizá imposible de conservar indefinidamente, pero es la aspiración más profunda del ser humano. (…) Hemos venido aquí con la tarea de crear las condiciones para que se multipliquen los momentos felices de las mujeres y los hombres que viven en Canarias”.
Sé a ciencia cierta que muchas de las semillas que dejó plantadas siguen germinando diez años después, siguen generando “condiciones para la felicidad” en Canarias. Y cuando alguna novedad o noticia me lo evidencia, se me aparece su luminosa sonrisa por cada logro alcanzado. Y la replico. Felizmente.
Publicado en El Día: https://www.eldia.es/dominical/2020/10/04/tecnocrata-22326113.html
La evaluación de las políticas públicas no solo es una obligación legal creciente en las nuevas normas administrativas y sectoriales. En el caso del despliegue e implantación de los portales de transparencia es un claro mandato legislativo y, además, es un recurso que se ha demostrado eficaz en Canarias para mejorar el cumplimiento de las obligaciones informativas de la inmensa mayoría de las administraciones.
A falta de un régimen sancionador eficaz, la aplicación telemática T-Canarias para la autoevaluación de todas las administraciones canarias y el Indice de Transparencia de Canarias (ITCanarias) constituyen dos pioneras singularidades canarias en el sistema institucional de la transparencia en España
Los positivos efectos de la transparencia sobre los sistemas de gobierno se producen por el hecho de que la información esté permanentemente accesible. La evaluación permite estimular esos efectos, mediante una recompensa o penalización reputacional a los mejores y a los peores cumplidores.
El Índice de Transparencia de Canarias (ITCanarias) de las 98 instituciones de las islas (ayuntamientos, cabildos, Gobierno de Canarias y universidades) se cifró en el análisis del pasado año, sobre los datos del ejercicio anual de 2017, en un nota media de 5,47 puntos, cuando al año 2016 apenas había llegado a 3,14 puntos. No hubo sobre el sistema ningún otro estimulo inductor. La mayoría de ellas mejoraron sus portales de transparencia al realizar la autoevaluación y rendir cuentas ante el Comisionado de Transparencia. La progresión de los niveles de transparencia fue positiva en más del 90 % de las instituciones.
La evaluación de las políticas públicas no solo es una obligación legal creciente en las nuevas normas administrativas y sectoriales. En el caso del despliegue e implantación de los portales de transparencia es un claro mandato legislativo en la ley básica y en la inmensa mayoría de las autonómicas y, además, es un recurso que se ha demostrado eficaz (en el ejemplo canario que se describe a continuación) para mejorar el cumplimiento de las obligaciones informativas de la inmensa mayoría de las administraciones.
I. Introducción y resultados.
A falta de un régimen sancionador eficaz ante los incumplimientos en los portales de transparencia, la aplicación telemática T-Canaria para la autoevaluación de todas las administraciones canarias y el Índice de Transparencia de Canarias (ITCanarias) constituyen dos pioneras singularidades canarias en el sistema institucional de la transparencia en España, que se sitúan a la vanguardia en el proceso de control y evaluación de la transparencia activa.
Tal es así que en el mes de octubre el modelo de evaluación y su aplicación telemática obtuvo dos distinciones relevantes que enorgullecen al pequeño equipo del Comisionado de Transparencia de Canarias: El Premio Excelencia Novagob en la categoría “Ética Pública, gobierno abierto y lucha contra la corrupción”. Y también el reconocimiento como una de “Las 10 mejores prácticas de transparencia y buen gobierno de 2018” que conceden cada año la Fundación Compromiso y Transparencia y Telefónica.
La experiencia durante los tres últimos años en Canarias ha demostrado que realizar este control no solo es un acicate importante para que las entidades cumplan la ley, sino que también resulta ser una ayuda para ellas, ya que les permite autoevaluarse y ver dónde y de qué manera deben mejorar.
El Índice de Transparencia de Canarias (ITCanarias) de las 98 instituciones de las islas (ayuntamientos, cabildos, Gobierno de Canarias y universidades) para el ejercicio de 2018 tiene una nota media de 5,36; mientras que el de 2017 se cifró en 5,47 puntos; y el del año 2016 apenas llegaba a 3,14 puntos. No ha habido sobre el sistema ningún otro estímulo inductor para la mejora que las autoevaluaciones y evaluaciones realizadas. La mayoría de las entidades han mejorado sus portales de transparencia entre 2016 y 2018 al realizar la autoevaluación y rendir cuentas ante el Comisionado de Transparencia, hasta tal extremo que la progresión de los niveles de transparencia ha sido positiva en más del 85 % de las instituciones.
No obstante, se advierte un leve retroceso entre el año 2017 y 2018: Las puntuaciones la Comunidad Autónoma y de los cabildos insulares mejoraron sus niveles de transparencia, mientras que la media de los ayuntamientos se redujo ligeramente en 17 centésimas (de un 5,33 a un 5,16). Este descenso de la media es debido a tres hechos fundamentales:
Primero, la coincidencia de la autoevaluación con las elecciones municipales.
Segundo, impulsados por los procesos de evaluación, las administraciones locales e insulares desplegaron en 2018 un mayor esfuerzo en la transparencia de los portales de sus entidades dependientes, cuya creación es mucho más reciente [en el ejercicio anterior de 2017 se cargaron 111 portales de entidades dependientes y en el ejercicio de 2018 aumentaron muy notablemente: lo hicieron 180, además de las 98 instituciones principales, cuyas puntuaciones se aprecian en la tabla anexa]. Y en el primer y segundo año es más difícil obtener buenas puntuaciones.
Y tercero, todavía existen al menos 24 ayuntamientos con puntuaciones por debajo del 3 (ver tabla adjunta al final) que siguen sin tomarse en serio la transparencia activa y arrastran hacia abajo la media municipal regional. Podrá observarse en el siguiente cuadro (donde se conjuga la media aritmética con la media ponderada por población de ayuntamientos y cabildos) que, en cualquier caso, la media ponderada del año 2018 es la más alta del periodo, porque las corporaciones insulares más pobladas (Tenerife y Gran Canaria, sobre todo) impulsan hacia arriba esa media.
[ACTUALIZACION Diciembre 2020: Resultados 2016 -2019]
El progresivo afinamiento durante tres años del Índice de Transparencia de Canarias (ITCanarias), a través de la aplicación telemática T-Canaria, ha permitido configurar un procedimiento administrativo interinstitucional completamente electrónico. La mediación telemática ha posibilitado un permanente grado de interactividad y colaboración instantánea cada año, durante los meses de duración del proceso, entre los reducidos servicios del Comisionado de Transparencia con los más de 400 servidores públicos de todas las instituciones canarias y sus entidades dependientes. Las experiencias de unos y otros son la base de lo que me atrevería a denominar un -en sus inicios – no previsto círculo virtuoso; que progresa y se retroalimenta de manera continua y bidireccional; y que permite así la mejora, cada año, de forma demostrable, tanto de la calidad del Índice ITCanarias como de la riqueza informativa de más del 80 % de los portales de transparencia del Archipiélago.
Actualmente trabajamos en el diseño de una aplicación de software libre, abierta al público, que permita a cualquier persona autoevaluar a cualquier entidad pública sujeta a publicidad activa en Canarias y España, verificando únicamente, si así se desea, las obligaciones y los requisitos de la Ley básica estatal (19/2013). Este aplicativo servirá para medir el nivel de cumplimiento de las obligaciones de transparencia en cualquier institución española y hacer evaluaciones comparativas entre territorios; algo especialmente útil para activistas de la transparencia y profesionales de los medios de comunicación.
II. Transparencia sobre la transparencia
Antes de abordar directamente las características del modelo canario de evaluación de la transparencia, es preciso enmarcar este cometido en el conjunto del «ecosistema transparente» definido en España a partir de la Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno, de carácter básico, y del conjunto de las nomas que se han desplegado en todo el país desde entonces.
No hay estadísticas consolidadas sobre el derecho de acceso a la información en toda España: una paradójica falta de información.
La configuración de un nuevo sistema institucional de transparencia y derecho de acceso a la información de las instituciones públicas a lo largo de los últimos seis años se ha realizado a través de un variado número de leyes autonómicas, normas forales, ordenanzas insulares y municipales. En su conjunto han venido a homologar al país con las más avanzadas en este ámbito; aunque se puedan señalar defectos y carencias en un modelo que, como todos, es siempre perfectible. Pero si sobre el papel contamos con una regulación mucho más precisa que la anterior al año 2013, lo cierto es que no se conoce aún cómo están aplicando las leyes las más de 20.000 instituciones y entes públicos sujetas a ellas, especialmente en lo referido a las llamadas obligaciones de publicidad activa, es decir, a las informaciones que han de publicar obligatoriamente en sus portales de transparencia o en sus webs.
No hay estadísticas consolidadas sobre el derecho de acceso a la información en toda España: una paradójica falta de información (la de la transparencia sobre la transparencia) que mejora notablemente en lo que se refiere a los datos sobre las reclamaciones presentadas por los ciudadanos ante los órganos garantes estatal y autonómicos cuando se les deniega el derecho de acceso a la información.
A pesar de sus escasas dotaciones de medios, es generalmente reconocido que los órganos garantes de la transparencia en España han atendido de forma aceptable las reclamaciones ciudadanas por la falta de respuesta de las administraciones. Y a ello ha contribuido en buena medida el que la demanda ciudadana no ha sido alta en comparación con los países de nuestro entorno, por circunstancias todavía no estudiadas con precisión. Sin embargo, el bajo conocimiento de los nuevos derechos que otorgan las leyes y la escasa implicación ciudadana en la exigencia de rendición de cuentas son sin duda dos factores que han influido notoriamente.
Existen algunos datos muy indicativos sobre tal falta de interés ciudadano. Por ejemplo, únicamente se han hecho 17.986 preguntas a la Administración General del Estado en los primeros 50 meses de vigencia de la Ley de Transparencia; es decir, solo 12 cada día como media. Esas solicitudes de información las presentaron 5.285 personas; es decir, apenas el 0,01 % de la población española. En cualquier caso, cuanto más pequeña es la administración, sobre todo en el caso de las municipales, más difícil es que existan estadísticas fiables sobre las peticiones de derecho de acceso a la información; que en muchas cosas se confunden y mezclan con las de atención ciudadana.
III. Visibilidad, eficiencia, evaluación
Conviene precisar, en todo caso, que el volumen de los ciudadanos que hacen uso de las posibilidades establecidas en las normas de transparencia no es lo más relevante. Lo que es verdaderamente importante es que toda la información posible esté disponible y actualizada para que todo el sector público pueda ser escrutado socialmente en cualquier momento y por cualquier sujeto nacional o foráneo; y no solo por sus sistemas de control interno.
Los positivos efectos de la transparencia sobre los sistemas de gobierno y sobre su mayor o menor integridad y eficiencia se producen por el hecho de que la información esté permanentemente accesible en unos casos (portales de transparencia de las páginas webs) y fácilmente accesible cuando se pida por derecho de acceso. El hecho de que los datos sean ahora potencialmente vistos con mucha más facilidad promueve mejores comportamientos y resultados públicos.
El hecho de que los datos sean ahora potencialmente vistos con mucha más facilidad promueve mejores comportamientos y resultados públicos.
Se nos plantea el reto de cómo estimular esos efectos, midiendo el ejercicio de la transparencia activa de todas las instituciones y entidades dependientes, mediante una recompensa o penalización reputacional a los mejores y a los peores cumplidores.
Hace más de un siglo el matemático británico William Thomson Kelvin concretó las bases de los procesos evaluativos en solo tres frases: «Lo que no se define no se puede medir. Lo que no se mide no se puede mejorar. Lo que no se mejora se degrada siempre». Y tres siglos antes, uno de los máximos precursores de la revolución científica, Galileo Galilei, había señalado: «Mide lo que sea mensurable y haz mensurable lo que no lo sea»
Todo lo que no es cuantificado, en cifras, no puede ser medido. Y todo lo no medible es muy mal conocido. Si no medimos las cosas, las acciones, los programas, las políticas, los planes, lo dicho y lo hecho… ¿Cómo podemos saber si son buenas? ¿O al menos si progresan en el sentido correcto?
La mayoría de las leyes de transparencia vigentes en España atribuyen a los órganos garantes las funciones de evaluación y control de las obligaciones informativas en sus webs (la llamada transparencia activa) pero hasta ahora no se ha conseguido un sistema global de medición, empleado por todos.
IV. Los resultados del modelo de evaluación canario: ITCanarias
El Parlamento de Canarias definió en la Ley 12/2014, de 26 de diciembre, de transparencia y de acceso a la información pública en qué debía consistir la transparencia pública y el derecho de acceso a la información de los ciudadanos en Canarias. Y encomendó al Comisionado de Transparencia la medición del cumplimiento de las obligaciones de la Ley, además de dar amparo a las personas reclamantes ante denegaciones de información de las administraciones.
Desde que en diciembre de 2013 comenzaron a desplegarse en España las leyes de transparencia, únicamente en Canarias se ha medido al 100 % de las instituciones de una misma comunidad autónoma con baremos idénticos. Hemos conseguido durante tres años consecutivos (ejercicios de 2016, 2017 y 2018) que todas las instituciones canarias (Gobierno autonómico, los siete cabildos, los 88 ayuntamientos y las dos universidades) rindan cuentas sobre sus obligaciones de transparencia; así como 111 entidades dependientes para los datos del ejercicio 2017. En la evaluación del año 2018 se ha logrado que, de nuevo, todas las instituciones hayan presentado su autoevaluación y que el número de entidades dependientes cumplidoras haya aumentado hasta 180; de forma que ya solo son 62 las que no presentaron su «declaración de transparencia» al Comisionado.
Los aproximadamente dos millones de datos aportados por más de 400 empleados públicos [hasta 2018] a través de nuestra sede electrónica, mediante la aplicación telemática «T-Canaria», sirven para construir el primer ranking público autonómico sobre esta materia: el Índice de Transparencia de Canarias (ITCanarias). Ambos elementos, el índice y la aplicación, constituyen dos singularidades canarias en el sistema de transparencia español, claramente a la vanguardia en el proceso de control y evaluación de la transparencia activa.
El Índice de Transparencia de Canarias (ITCanarias) de las 98 instituciones de las islas (ayuntamientos, cabildos, Gobierno de Canarias y universidades) se cifra en el ejercicio anual de 2018 en una nota media de 5,36 puntos, mientras que en el ejercicio anterior alcanzó los 5,47 puntos y en 2016 apenas llegaba a 3,14 puntos. La mayoría de las entidades mejoraron sus portales de transparencia cada año al realizar la autoevaluación y rendir cuentas ante el Comisionado de Transparencia, de modo que la progresión de los niveles de transparencia en el periodo 2016-2018 ha sido positiva en más del 85 % de las instituciones. Cincuenta y nueva entidades principales (el 60,20 %) superan en 2018 la nota de 5; cuando en 2016 solo la rebasaban 20. No obstante, todavía 39 no alcanzan el valor 5 en la escala de 1 a 10.
La evaluación de la transparencia ha demostrado ser un evidente acicate para la mejora de sus niveles de cumplimiento. Para seguir avanzando será necesario además regular mejor los procedimientos de sanción ante los incumplimientos y promover la demanda de información de los ciudadanos.
«El caso de Canarias, como ya se vio en el ITA de Transparencia Internacional, muestra que hacer públicos los datos y generar un ranking es un camino útil para ir progresando en transparencia. Los que tienen los mejores resultados se sienten orgullosos y los peores, avergonzados, provocando una competencia sana por la mejora que solo puede ser positiva», señala el reconocido experto en la materia Manuel Villoria, en el Anuario de Transparencia Local 2018, editado por la Fundación Democracia y Gobierno Local.
Lo que nos ha demostrado la experiencia es que sin el ejercicio de preguntar, la obligación de responder está vacía. Y que si no se producen más preguntas, las administraciones no van a dar las respuestas que se esperaban.
V. La construcción del modelo canario de evaluación
En el año 2017 el Comisionado de Transparencia y Acceso a la Información Pública de Canarias creó el Índice de Transparencia de Canarias (ITCanarias), el primer índice de publicidad activa de carácter público en España, y lo aplicó por primera vez a las administraciones públicas canarias ese mismo año evaluando el ejercicio 2016. Este índice se siguió construyendo en los años 2018 y 2019 en el Archipiélago tomando como base los trabajos realizados por el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno (CTBG) y la extinta Agencia Estatal de Evaluación de las Políticas Públicas y la Calidad de los Servicios (AEVAL), los cuales elaboraron la Metodología de Evaluación y Seguimiento de la Transparencia de la Actividad pública (MESTA), con el objetivo de establecer un método de evaluación de la publicidad activa único y común en todo el Estado. Esta metodología es aplicable a todos los sujetos obligados por las leyes de transparencia, independientemente de su naturaleza jurídica, y contiene elementos de evaluación tanto cualitativos como cuantitativos de las obligaciones contenidas en las leyes de transparencia. [El modelo canario depuró y simplificó la metodología teórica MESTA, prescindiendo de elementos que eran inaplicables en la práctica. Se incorporaron además novedades relevantes, como una intensa descripción, publicidad y coparticipación en su aplicación y cálculo, que eliminara cualquier sospecha o suspicacia de arbitrariedad por parte de los evaluados: Se les hace coparticipes desde el primer momento mediante un proceso colaborativo de ida y vuelta: autoevaluación; evaluacion provisional del Comisionado, correccion y mejora de los portales por parte de los sujetos obligados; y evaluación definitiva.]
Por ello, para facilitar el uso de un método semejante de autoevaluación y evaluación de las obligaciones de transparencia en todo tipo de instituciones y entidades públicas españolas, en el año 2018 se reformuló y adaptó el ITCanarias, de manera que incluyera la metodología MESTA como parte del análisis de la publicidad activa; y se facilitaran así caminos para la cooperación mutua con semejantes patrones y formas de medición.
El Índice de Transparencia de Canarias sirve para evaluar con un mismo sistema a todos los sujetos públicos obligados por el artículo 2.1 de la Ley 12/2014, de 26 de diciembre, de transparencia y de acceso a la información pública (administraciones públicas, organismos autónomos, entidades públicas empresariales, corporaciones de derecho público, empresas públicas, fundaciones, etc.). Asimismo, para poder evaluar se definieron todas las obligaciones de publicidad activa correspondientes a estas entidades, concretándose hasta el momento 23 mapas de obligaciones distintos para cada tipo de sujeto. Estos mapas permiten comprobar tanto el cumplimiento de las obligaciones informativas definidas en la norma básica estatal como el de las respectivas leyes de transparencia autonómicas. Constituye una evolución y adaptación a la realidad de la metodología MESTA.
Asimismo, para facilitar el proceso de evaluación de las entidades y la comunicación entre los sujetos obligados y el Comisionado se aprobó mediante Resolución del Comisionado de Transparencia y Acceso a la Información Pública de 22 de diciembre de 2017, la aplicación telemática de Evaluación del Índice de Transparencia de Canarias (ITCanarias), denominada T-Canarias.
La aplicación «T-Canaria» permite por primera vez a todas las 98 instituciones canarias y a sus 242 entidades dependientes autoevaluarse sobre la calidad con que reflejan su actividad en sus portales de transparencia, webs o sedes electrónicas. Su algoritmo reduce la arbitrariedad en las comprobaciones y valoraciones, al ejecutarlas mediante cálculos matemáticos. Su funcionamiento se explica en el Manual de Uso publicado en la sede electrónica del Comisionado de Transparencia. En esa misma página se facilitan en una hoja de cálculo, llamada «Mapa de Obligaciones», los contenidos informativos que cada tipo de institución ha de incluir en su portal de transparencia según la Ley: 165 la Comunidad Autónoma; 153 los ayuntamientos y cabildos; 136 las universidades; 92 las asociaciones públicas y desde 84 hasta 107 los entes públicos, organismos autónomos, empresas públicas, fundaciones y consorcios dependientes de todas las instituciones canarias.
A continuación, se explica cómo se calcula el Índice de Transparencia de Canarias (ITCanarias), se presenta la aplicación telemática T-Canaria desarrollada para su evaluación y en los anexos se ofrecen las obligaciones informativas de cada tipo de sujeto obligado y las tablas con los principales resultados del ITCanarias.
1. El cálculo de Índice de Transparencia de Canarias (ITCanarias)
En los inicios del año 2017, para el informe anual sobre el ejercicio de 2016, el Comisionado de Transparencia creó un primer Índice de Transparencia de Canarias, (ITCanarias), compuesto inicialmente por tres notas distintas que, ponderadas, reflejaban el nivel de cumplimiento de las obligaciones informativas de los portales de transparencia de la entidad. Para más información se puede consultar el Informe Anual de Evaluación del Cumplimiento de la Ley 12/2014, de Transparencia de Canarias del año 2016.
En el informe anual siguiente, con el fin de adaptarse en mayor medida a la metodología estatal, se reformuló el ITCanarias, de tal manera que se convertía en un índice formado por dos indicadores:
1. El Indicador de Cumplimiento en Publicidad Activa (ICPA)
2. El Indicador de Transparencia Voluntaria (ITV).
El primero es uno de los dos indicadores que establece la metodología MESTA y permite medir el grado de cumplimiento en publicidad activa de los sujetos obligados. El segundo surge de la comprobación de distintas prácticas no contempladas en la legislación que favorecen o incrementan la transparencia de la entidad.
Asimismo, el indicador ICPA está compuesto por otros dos indicadores: el Indicador de Cumplimiento de la Información Obligatoria (ICIO) y el Indicador del Soporte Web (ICS). El primero mide el grado de cumplimiento de las obligaciones de publicidad activa, analizando las características de la información y del modo de su publicación. El segundo mide el grado de cumplimiento de las obligaciones de transparencia con respecto al soporte web donde se publica la información, es decir, mide las características técnicas que debe reunir el soporte web que contiene la información de publicidad activa.
De este modo, el indicador ICPA se calcula sumando siete veces el ICIO más tres veces el ICS y el índice ITCanarias se obtiene de sumar al ICPA el indicador ITV.
Hemos procurado atenernos lo más posible al modelo MESTA para poder disponer en el futuro de datos homologables en todo el país con los que poder realizar análisis estadísticos comparativos.
Para obtener estos dos indicadores se deben evaluar nueve criterios, también denominados atributos. De estos nueve criterios, cinco se refieren al ICIO, es decir, a las características de la información publicada, y se deben valorar tantas veces como contenidos informativos existan, mientras que los otros cuatro configuran el ICS y se evalúan una única vez para cada portal de transparencia, teniendo en cuenta las propiedades del portal o web donde se halla la información.
Los cinco criterios referidos a la publicación de cada información en el Indicador de Cumplimiento de la Información Obligatoria (ICIO) son:
Contenido de la información. Se refiere a la información a publicar, entendiéndose como información todo dato, texto, gráfico, etcétera con independencia del soporte que la contenga.
Forma de publicación. Hace referencia al modo en el que se presenta al ciudadano la información. Existen dos posibilidades:
Forma directa: mediante link o enlace se sitúa al ciudadano en el contenido de la información.
Forma indirecta: mediante link o enlace se sitúa al ciudadano en la dirección web donde se encuentra la información, pero este debe buscarla.
Actualización. Para este criterio se tienen en cuenta dos fechas. Primero, si el contenido dispone de alguna fecha que permita situar la información en el tiempo (fecha de la información); y segundo, si se ha producido una actualización o revisión de la publicación de modo que el ciudadano tenga garantías de que la información está actualizada y vigente (fecha de publicación). Al menos una de las fechas debe pertenecer a los tres meses anteriores al mes en el que el ciudadano realiza la consulta. Esto quiere decir que, a efectos de la evaluación, la información debe actualizarse en marzo, junio, septiembre y diciembre.
Accesibilidad. Hace referencia a la profundidad a la que se encuentra la información dentro del portal de transparencia.
Reutilización. El formato de la información debe ser acorde con lo establecido en la Ley 37/2007, de 16 de noviembre, sobre reutilización de la información del sector público, y en su normativa de desarrollo. Se recomienda publicar la información según las cuatro estrellas de la reutilización.
Los cuatro criterios referidos a cada portal de transparencia del Indicador de Cumplimiento del Soporte web (ICS) son:
Accesibilidad. Se considera el conjunto de propiedades que debe incorporar el sistema, de forma que el mayor número posible de personas y en el mayor número posible de circunstancias, pueda acceder a él y usarlo. Para ello se debe tener en cuenta el Real Decreto 1112/2018, de 7 de septiembre, sobre accesibilidad de los sitios web y aplicaciones para dispositivos móviles del sector público, y su normativa de desarrollo.
Lugar de publicación. Alude a si la información se encuentra en un apartado o pestaña, o si por el contrario se encuentra dispersa en la web.
Estructura. Con este criterio se evalúa si el soporte web está configurado según la Ley Canaria LTAIP, de forma que facilite la identificación y búsqueda de la información al ciudadano, según los bloques que aparecen entre los artículos 17 y 33 de la citada norma.
Buscador interno funcional. Este criterio hace referencia a la posibilidad de buscar la información desde la página principal del portal de transparencia, sin necesidad de navegar dentro del mismo.
Por lo tanto, la estructura del Indicador de Cumplimiento en Publicidad Activa se refleja así:
Indicador de Cumplimiento en Publicidad Activa
Recordamos que el indicador ICPA consta de dos partes: la evaluación de la información de publicidad activa y la valoración del portal de transparencia. Ambos análisis comienzan de la misma manera: asignamos a cada atributo un valor entre 0 y 100. A partir de aquí, el proceso varía.
Indicador de Cumplimiento de la Información Obligatoria (ICIO)
Para cada obligación de publicidad activa hay cinco criterios que valorar, como acabamos de ver, cada uno puntuable de 0 a 100. Sin embargo, no todos los criterios tendrán el mismo peso, ya que no parece lógico que, por ejemplo, el contenido de cada obligación tenga el mismo valor que el lugar donde los datos están publicados. Por ello, asignamos los siguientes pesos a cada criterio:
Criterio
Contenido
Lugar de publicación
Actualización
Accesibilidad
Reutilización
Peso
40 %
5 %
30 %
5 %
20 %
De este modo, para valorar cada obligación primero se puntúan los cinco criterios y se suman las puntuaciones multiplicadas por los pesos correspondientes. A continuación, se divide ese valor entre 100 para obtener una nota entre 0 y 1, que será el ICIO de la obligación, es decir el ICIOi.
De esta manera, tendremos tantas puntuaciones como obligaciones tenga la entidad, por lo que es necesario hallar la media para conseguir un único valor, que será el Indicador de Cumplimiento de la Información Obligatoria (ICIO).
Indicador de Cumplimiento del Soporte Web (ICS)
Para el soporte web el procedimiento es parecido al anterior, pero en este caso los cuatro criterios tienen el mismo peso: un cuarto de la puntuación total, o lo que es lo mismo, el 25 %. De este modo, si sumamos la puntuación de cada criterio multiplicada por el peso y la dividimos entre 100, obtenemos una nota entre 0 y 1, que será el Indicador de Cumplimiento del Soporte web. En este caso no hace falta hallar la media porque estos criterios sólo se valoran una vez para cada portal.
Indicador de Cumplimiento en Publicidad Activa (ICPA)
Ahora que ya sabemos cómo se calculan las dos componentes del ICPA, lo que falta es mezclarlas para conseguir la puntuación de la entidad, es decir, tenemos que asignar un peso a cada componente. La primera vez que se aplicó esta metodología en Canarias, los pesos fueron 70 % – 30 %, respectivamente, de modo que, para mantener la equivalencia entre las evaluaciones, estos seguirán siendo los mismos. Por lo tanto, el ICPA se calcula sumando siete veces el ICIO más tres veces el ICS.
Indicador de Transparencia voluntaria
Buenas prácticas de transparencia voluntaria
Además de las obligaciones de publicidad activa, establecidas en las leyes de transparencia y que son de obligado cumplimiento, hay más información que puede enriquecer la transparencia de la entidad, del mismo modo que algunas acciones pueden mostrar una actitud proactiva hacia la transparencia. Ejemplos de ello son publicar el informe anual de transparencia de la entidad o facilitar a los ciudadanos la posibilidad de reclamar ante el Comisionado. Estas actividades demuestran la intención e implicación de la entidad por ser transparente, por lo que se considera que deben ser valoradas.
Las seis buenas prácticas hasta ahora valoradas son:
Elaboración y publicación del Informe Anual de Transparencia de la entidad.
Elaboración y publicación de una ordenanza, reglamento o protocolo de Transparencia.
Publicación de información sobre las leyes de transparencia.
Publicación en el portal de transparencia o en la sede electrónica de la entidad de un enlace al Comisionado de Transparencia, para facilitar la presentación de reclamaciones, denuncias, alertas, etc.
Utilización de algún sistema de medición de las visitas al portal de transparencia de la entidad.
Adecuada colaboración con el Comisionado de Transparencia al remitir la información para realizar el informe anual de transparencia en el plazo establecido[1].
Por lo tanto, el Indicador de Transparencia Voluntaria (ITV) tiene la siguiente estructura:
Sin embargo, estas acciones no tienen el mismo nivel de dificultad, por lo que no tendrán la misma relevancia en el Indicador de Transparencia Voluntaria. A continuación, veremos cómo se calcula este indicador.
Para calcular el ITV, primero se deben valorar todas las preguntas. A excepción de la sexta, todas se puntúan con un 1 o un 0 dependiendo de si se realiza o no la acción. Por el contrario, la pregunta 6 tendrá un valor distinto dependiendo de cada evaluación.
Para cada proceso evaluativo se establece un periodo ordinario para que las entidades puedan cargar y remitir al Comisionado los Cuestionarios de Transparencia implementados en la aplicación T-Canaria. No obstante, como este plazo puede ser prorrogado en varias ocasiones, la pregunta 6 se valora dependiendo de la fecha de remisión de los Cuestionarios. Valdrá 1 punto si estos se remiten en el periodo ordinario y en caso contrario, la puntuación disminuirá en función del número de prórrogas realizadas.
Una vez valoradas todas las preguntas, se asignan los siguientes pesos a cada acción:
Acción
Informe anual
Ordenanza de Transparencia
Información sobre leyes de transparencia
Enlace al Comisionado
Sistema de medición
Plazo de remisión
Peso
30 %
10 %
10 %
10 %
10 %
30 %
De este modo, el Indicador de Transparencia Voluntaria se calcula sumando la puntuación de todas las acciones, multiplicadas por su peso correspondiente.
Cálculo del ITCanarias
Finalmente, como vimos al comienzo de esta sección, los indicadores ICPA e ITV generan el Índice de Transparencia de Canarias (ITCanarias), que es la nota final de la evaluación de la transparencia de la entidad. Este valor se calcula sumando al ICPA el ITV, es decir,
Hay que precisar que, aunque el ICPA tenga una puntuación máxima de 10 y el ITV una puntuación máxima de un punto, la mayor nota posible del ITCanarias no será de 11 puntos, sino de 10. Por lo tanto, en el supuesto caso de que una entidad supere este límite máximo, su ITCanarias será de 10 puntos.
2. La aplicación telemática T-Canaria para el cálculo del ITCanarias
Para facilitar el proceso de evaluación de las entidades, se desarrolló en el año 2017 la primera Aplicación de Evaluación de la Transparencia en Canarias, denominada «T-Canaria», mediante Resolución del Comisionado de Transparencia y Acceso a la Información Pública del 22 de diciembre de 2017.
Esta herramienta no solo permite a los sujetos obligados la entrega de la información al Comisionado de Transparencia, sino también realizar una autoevaluación previa para conocer las propias carencias informativas de la entidad y poder remediarlas antes de presentar su «declaración de transparencia» final.
A la vista de las obligaciones establecidas en las leyes de transparencia se elaboraron los diferentes mapas de obligaciones para cada entidad, en función de su naturaleza jurídica. Por tanto, si bien la metodología de evaluación que se utiliza es única, los mapas de obligaciones son diferentes para cada tipo de entidad. Estos mapas incluyen tanto las obligaciones básicas de publicidad activa que establece la Ley 19/2013, como las que establecen las leyes canarias 12/2014, de 26 de diciembre, de transparencia y de acceso a la información pública y la Ley 8/2015, de 1 de abril, de cabildos insulares; y se pueden consular el siguiente enlace:
Paralelamente a la elaboración de los mapas de obligaciones, el Comisionado identificó y censó de oficio en la aplicación T-Canaria a todos los sujetos con obligaciones en transparencia, clasificándolos por su naturaleza jurídica.
El proceso de evaluación a través de la aplicación T-Canaria consta de seis fases:
1. Autorizaciones de los usuarios para cargar y/o remitir la información.
2. Cumplimentación de los cuestionarios y autoevaluación.
3. Remisión de los cuestionarios.
4. Evaluación provisional.
5. Alegaciones.
6. Evaluación definitiva.
Dentro de la aplicación el Comisionado de Transparencia genera el perfil de cada uno de los sujetos obligados. En ellos se encuentran los tres cuestionarios que las entidades deben rellenar para obtener su ITCanarias:
1. Cuestionario General de transparencia (ITCanarias).
2. Cuestionario de acceso a la información pública (ITCanarias).
3. Cuestionario sobre publicidad activa (ITCanarias-MESTA).
Para cada cuestionario aparece una barra de progreso con un porcentaje que indica el nivel de cumplimiento del formulario. Esta barra de progreso dialoga e interactúa de alguna manera con el usuario, en la medida en que crece conforme se avanza en la cumplimentación.
El primer cuestionario está formado por una serie de preguntas generales sobre la transparencia de la entidad, entre las cuales se engloban las preguntas que generan el Indicador de Transparencia Voluntaria (ITV). El segundo es un formulario que recoge la información sobre las solicitudes de derecho de acceso que ha recibido la entidad, especificando el número, el tipo de información y el estado de tramitación de las mismas. Por último, el tercer cuestionario, el más complicado de cumplimentar, está formado por todas las obligaciones que conforman el mapa de obligaciones de cada entidad.
Desde el principio tuvimos clara la necesidad de avanzar con una metodología que pudiera ser aplicada en el conjunto de España con las obligaciones estatales básicas y que se pudiera adaptar a las prescripciones de cada ley autonómica. Por ello, los mapas de obligaciones establecidos en la aplicación contemplan todas las obligaciones básicas y todas las obligaciones adicionales recogidas en la legislación canaria, permitiendo así evaluar, indistinta o simultáneamente, el cumplimiento de la Ley 19/2013 y el de las leyes canarias de transparencia.
VI. Anexos
1. Mapas de obligaciones por sujetos obligados y tipos de información
2. Evolución 2016-2018 de los Índices de Transparencia de Canarias de las instituciones principales
Índice de Transparencia de Canarias (ITCanarias) de las 98 instituciones públicas canarias
ITCanarias de los Cabildos insulares
ITCanarias 2016
ITCanarias 2017
ITCanarias 2018
Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife
5,07
9,24
9,92
Ayuntamiento de Los Realejos
6,84
8,54
9,80
Ayuntamiento de El Sauzal
7,20
9,74
9,58
Ayuntamiento de Santiago del Teide
5,00
8,62
9,45
Cabildo Insular de El Hierro
0,76
8,21
9,04
Administración Pública de la Comunidad Autónoma de Canarias
La gran mayoría de los datos reflejados en este artículo están contenidos mucho más ampliamente en los informes anuales elaborados por el Comisionado de Transparencia de Canarias, que se pueden encontrar en el siguiente enlace [y especialmente los referidos a las 180 entidades dependientes de las administraciones canarias, cuya inclusión hubiera alargado mucho este trabajo.
La metodología de autoevaluación de los portales de transparencia, usada por cada sujeto obligado para elaboración del Índice de Transparencia de Canarias (ITCanarias) se puede obtener mediante la descarga de este Manual en PDF.
Proceso de evaluación del cumplimiento de la Ley 12/2014 de transparencia de Canarias
En enero de 2019, desde el Comisionado de Transparencia de Canarias aportamos nuestra colaboración al libro “Leyes de Transparencia y Acceso a la Información de las Comunidades Autónomas”. con un capítulo sobre el modelo definido en el Índice de Transparencia de Canarias (#ITCanarias)
Autores
Daniel Cerdán Elcid. Periodista. Comisionado de Transparencia y Acceso a la Información Pública de Canarias.
Jose María Vázquez González. Economista Jefe del Servicio de Evaluación y Control de la Transparencia del Comisionado de Transparencia de Canarias
Clara Rodríguez Pérez . Matemática. Asesora técnica del Comisionado de Transparencia de Canarias.
Actualizaciones
La actualización permanete sobre el ITCanarias puede consultarse en estos enlaces:
Índice del capítulo «Modelo y resultados del Índice de Transparencia de Canarias (#ITCanarias)»
Introducción
Antecedentes del Índice de Transparencia de Canarias ( #ITCanarias).
La definición del Índice de Transparencia de Canarias ( #ITCanarias). I. Indicador de Cumplimiento en Publicidad Activa (ICPA), a) Los 7 criterios referidos a la publicación de cada información: Índice de Cumplimiento de la Información Obligatoria (ICIO). b) Cumplimiento del Soporte web (ICS). c) Cálculo del indicador ICPA. II. Indicador de Transparencia Voluntaria (ITV).
Aplicación T-Canaria. I. Carga de la información de transparencia para la autoevaluación. a) Cuestionario General de Transparencia ( #ITCanarias). b) Cuestionario de Acceso a la Información Pública ( #ITCanarias ). c) Cuestionario de Publicidad Activa ( #ITCanarias ). a. Pestaña Obligaciones. b. Pestaña Soporte web.
Evaluación y mapa de obligaciones.
Resultados de la evaluación. I. Evolución 2016 – 2017 del Índice de Transparencia de Canarias. II. Evaluación ITCanarias 2017 de 98 instituciones públicas canarias y 111 entidades dependientes.
Conclusiones Anexo 1. Obligaciones básicas de los ayuntamientos.
Enlace al capítulo completo sobre Índice de Transparencia de Canarias en PDF del libro “Leyes de Transparencia y Acceso a la Información de las Comunidades Autónomas”, coordinado por Antonio Troncoso Reigada CAPITULO COMPLETO DEL LIBRO
Adán Martín fue un premio de la vida para los que tuvimos la suerte de trabajar con él durante años y para muchos, muchísimos más. Su equipo lo recuerda de muchas maneras, que confluyen siempre en una línea maestra tan sencilla como cierta: Fue una persona buena y una buena persona en el doble sentido de la expresión; y en la doble vertiente personal y profesional. Siendo un político de larga trayectoria, a muchos les parecerá increíble, imposible. Pero el libro testimonial que han escrito sus amigos y compañeros a los siete años de su muerte da fe de ello.
He desconfiado siempre de los panegíricos, porque rara vez me resultan creíbles cuando los leo o escucho; porque la realidad siempre es gradual, contradictoria, un escenario de luces y sombras que a menudo nos ciega o nos deslumbra, sin que sepamos cuando. Pero esa prevención se me derrumba siempre a la hora de hablar sobre Adán Martín. Y no porque no tuviera defectos o limitaciones, sino porque su buena madera, su apertura al cambio y su paciente tolerancia con los demás le permitía corregir con rapidez, absorber lo mejor de cada situación y persona y dar por olvidadas siempre las malas experiencias y los agravios.
Decir que Adán Martín fue una buena persona no es descubrir mucho. Hay buenas personas a raudales, frente a lo que la gente piensa. Lo que hay menos son personas excepcionalmente buenas como él, que ejerzan sin la menor presunción de serlo, con esa simplicidad y humildad que, paradójicamente, acaban siendo apabullantes. Pareciera que no les costase apenas, que fuera en ellos lo más natural del mundo. Como si vinieran buenos de fábrica y no tuvieran sino que seguir siendo ellos mismos. Como si portaran una brújula interior que les abocara siempre e irremediablemente, sin mediar su voluntad, al norte de lo bueno.
Pero no es cierto. No hay brújulas certeras y unívocas para conducirnos con acierto por la vida. Y menos por una vida como la suya, tan intensa y cargada de decisiones. La de Adán Martín siempre fue una brújula dubitante, como debe ser cuando se ha de elegir entre tantas posibilidades, entre tantos caminos alternativos, entre tantos aciertos y errores, muchas veces cada día; y cuando la última palabra es la tuya porque ya no hay nadie más arriba para cargar con la decisión difícil. En su caso, no haber manejado una brújula prudente y nada apresurada hubiera sido insensato para el buen fin de las miles de elecciones que tuvo que realizar en 28 años de servicio público intenso. Bien podríamos decir que Adán Martín fue un hombre radicalmente bueno, asaltado por el análisis y la duda; entendiendo ésta no tanto como una limitación o debilidad, sino como un instrumento para mejorar lo mejorable al máximo, para no equivocarse o para no lastimar a terceros.
Y la de Adán fue una brújula dubitante que nunca fue subterfugio para la inacción, porque estaba impulsado por una pila de energía poderosa, por una inteligencia poco común y por una autoexigencia permanente. Si a esas condiciones se une la bondad -el concepto para mí más asociado a su persona – se entiende bien que su vida fuera todo un don, una suerte, un premio para los que tuvieron la suerte de compartirla. Un don que alcanzó y sigue alcanzando de alguna manera a toda la ciudadanía canaria.
Adán Martín buscó siempre maximizar, optimizar, aprovechar las oportunidades. Y, sobre todo, aprovecharlas juntos, buscando la cooperación y el entendimiento de todos. Y en esa búsqueda de lo mejor empleó 20 horas al día, 365 días del año, con una energía indesmayable que le sostuvo incluso en sus meses finales, cuando ya sólo se irradiaba en forma de ternura. Con el aprendí algo que se me reveló como una de sus más poderosas herramientas: La empatía fue su arma de construcción masiva cuando apenas conocíamos esa palabra. Su capacidad para ponerse en el lugar de todos, unir cabos, y hallar mínimos comunes denominadores que suscitaban amplios acuerdos fue la clave esencial con la que construyó la más fecunda trayectoria política de toda la etapa democrática de Canarias; no tanto por sus victorias como por sus resultados. Y eso que, aun al final de su vida, todavía había sesudos analistas mediáticos que se preguntaban, con ocho consecutivas victorias electorales a sus espaldas, si Adán Martín era un político o solo un tecnócrata. Mi mayor deuda con Adán Martín no tiene nada que ver con lo antedicho. Adán me hizo mejor persona, así de claro; y esa es una deuda impagable. Nos hizo mejores a todos los que tuvimos la fortuna de trabajar con él en algún momento. Porque el conocimiento y la bondad, sumadas a una energía incombustible, son mezcla poderosa para influir en la vida de las personas y de los pueblos. Hoy su recuerdo aún me entristece; porque no mereció un final de vida tan temprano, abrupto y doloroso, pero también me alegra y enorgullece por la intensidad con la que vivió siempre, por su fecunda capacidad para hacer germinar tantos proyectos sin dañar ni lastimar aposta a nadie, y por haber tenido el privilegio de vivir con él todo eso de cerca; siempre sin una palabra más alta que otra, a pesar mis errores, fallos y retrasos.
Por eso es que nada puedo entender en mi trayectoria sin el hombre que, hace justo ahora treinta años, recién llegado a la Presidencia del Cabildo de Tenerife, me invitó a trabajar con él, cuando yo todavía era un desconocido periodista veinteañero, con la desconfianza siempre cargada frente a cualquier político.
Entonces no lo podía saber, pero hoy se que el mayor premio de mi vida profesional es que alguien como Adán Martín me mantuviera siempre cerca de él durante dos décadas; y se que eso me marcó tanto como para que siga siendo, ahora y siempre, una referencia constante en mi vida. Porque es inevitable que una ejemplaridad tan potente [en lo personal y en lo publico] te acompañe siempre. Y, muchas veces, ante una disyuntiva que se presenta difícil me pregunto: ¿Qué haría Adán? Y al hacerlo, se lo aseguro, no puedo hallar sus soluciones pero sí el estilo y el camino para encontrarlas.Los amigos le hacían bromas y le aseguraban que llegaría tarde a su propio entierro. Y en eso procuró también no defraudarles. Mantuvo hasta el final una titánica pelea, durísima en sus tres últimos meses, que llegó finalmente a perder antes de tiempo solo porque una infección hospitalaria traidora y oportunista vino a complicar implacablemente su tratamiento.
Cuando murió dije que, siendo siempre hábil ganador -lo repito – de las ocho elecciones políticas a las que se presentó [nadie tiene récord igual en Canarias], Adán Martín sólo había cedido auténticamente en la única batalla que un hombre no puede ganar. Y que la real pérdida fue la nuestra. Porque la de Adán fue una vida ganada, intensa, plena, don eternamente germinal… para y por todos nosotros.
«El CICICOM (germen de la Facultad de Periodismo de la ULL) era Ricardo. Era el pulpo Ricardo en la múltiple función de gestor, programador, profesor, secretario, chófer y logístico«.
Palabras de Daniel Cerdán durante entrega póstuma al periodista Ricardo Acirón Royo del Premio Patricio Estévanez de la Asociación de la Prensa de Tenerife en reconocimiento a su trayectoria profesional. El acto se celebró en la Sala MAC-Casa Elder de la capital tinerfeña
«El nuevo presidente de la Asociación de la Prensa de Tenerife, Salvador García Llanos, me ha regalado el honor de aportar hoy una breve semblanza de Ricardo Acirón, galardonado con el premio de periodismo “Patricio Estévanez”, el político y periodista que creó hace 113 años esta organización profesional, la de más solera de nuestro oficio, tanto en Canarias como en todo el país.
Y el presidente saliente, Juan Galarza, concluyó su gran mandato con la propuesta y aprobación de este reconocimiento para Ricardo, el que fue nuestro primer gran jefe –el de Juan y el mío– en nuestros orígenes: en aquellos años ochenta en los que los aprendices de periodista reestrenábamos la libertad de expresión de la mano de veteranos como Acirón, que habían sufrido los rigores del franquismo en forma de multas, secuestros de medios, despidos y ceses.
Creo que puedo hablar en nombre de la asamblea de la Asociación que en diciembre ratificó la concesión del premio para darles las gracias a Salvador y a Juan. Agradecerles este acto de justicia profesional con el que era el decano de los miembros de la Asociación y el que fue y será por siempre el primer Catedrático de Periodismo de la Universidad lagunera.
Un premio decidido justo en el momento en el que Ricardo cerraba su ciclo como profesor de la Facultad de Periodismo y días antes de que sus propios compañeros supiéramos que había sido alcanzado por una enfermedad fulminante que no pudo remontar.
Ricardo supo, a través de su hija Raquel, de la concesión de este premio “Patricio Estévanez” que él tanto apreciaba. Y quiero pensar que eso iluminó siquiera un poco las circunstancias de los últimos días de su vida.
Quiero pensar que apreció que se reconocían tantos esfuerzos y anhelos que él había entregado a esta profesión. Y que, sintiéndolo así, se mitigaban algunas amarguras y se rompía con los silencios de los últimos años, con esos silencios que suelen seguir a los dirigentes de instituciones y empresas cuando cesan. Gracias Juan, por hacerlo posible.
Este fin de semana caí en la cuenta de un aniversario que ahora les cuento. Lo descubrí justo hace tres días, releyendo uno de los libros de Ricardo: La prensa en Canarias: Apuntes para su historia, su trabajo de fin de grado como licenciado de Ciencias de la Información. Un libro delicioso, sobre el que –sin poderlo– me gustaría extenderme aquí, especialmente sobre sus 25 precisas conclusiones, esas que hacen referencia a los hechos diferenciales del periodismo en Canarias, donde la imprenta llegó tres siglos más tarde que a la Península: un detalle revelador sobre la esforzada industria de la noticias en Canarias.
Retomo el aniversario de que les hablaba: Hoy hace exactamente treinta años y tres días de la fecha en que Ricardo Acirón puso la primera piedra de la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Laguna.
Hoy hace exactamente treinta años y tres días de la fundación del Centro Internacional para las Ciencias de la Comunicación (CICICOM), que fue el embrión y la cuna de la Facultad lagunera en la que han cuajado tantas vocaciones periodísticas.
Durante un tiempo –fui testigo– el CICICOM era Ricardo. Era el pulpo Ricardo en la múltiple función de gestor, programador, profesor, secretario, chófer y logístico de una serie de seminarios, cursos e investigaciones que demostraran a las autoridades académicas de la Laguna que había demanda y que era posible y necesaria una Facultad de Periodismo en Canarias.
En puridad, no sabemos ni podemos saber si, sin el impulso de Ricardo, alguien hubiera tenido la paciencia, estímulo y tesón necesarios para crear en Tenerife una facultad que ha permitido y permitirá estudiar Periodismo aquí a cientos y miles de personas que no disponían de medios para hacerlo fuera. La experiencia nos enseña que ésta es una profesión de individualistas y es muy posible que Ricardo Acirón haya sido la condición necesaria para la existencia de la Facultad de Periodismo.
Y, así, que sea en los miles y miles de trabajos, artículos, piezas y reportajes firmados por los que fueron alumnos de esta Facultad y fueron sus alumnos donde se preserven hacia el futuro los genes profesionales de Ricardo Acirón. Esa es la grandeza de la enseñanza, que es una siembra, a veces baldía, pero a veces germen de maravillas.
Ricardo no solo enseñó: creó la plataforma para que otros muchos enseñaran y sigan enseñando. Y en ese proceso vivo pervivirá él y su obra de alguna manera. Y no sólo en las hemerotecas o en los archivos de audio y televisión. O en la herencia que proyecten hacia el futuro Carmita, Jose Miguel, Raquel o Pilar.
Y he querido destacar en estas breves líneas la aportación a la enseñanza de Ricardo Acirón porque, fuera de la academia, es la faceta menos conocida por la sociedad y aún por la profesión, acostumbradas más a recordarlo como el director de Jornada y el subdirector de El Día que fue. Ricardo Acirón estudió, relató y difundió los más 250 años de historia del periodismo en Canarias, en la que él acaba de entrar con honores, después de haberla honrado y enriquecido durante casi medio siglo de intenso oficio.
Salvador García me advirtió sabiamente contra la tentación de alargarme y de repetir aquí lo que don Google con tanta facilidad nos aporta. En alguno de la más de una docena de libros se halla su densa biografía, pero la más accesible y sintética la encontrarán en la web de la Academia Canaria de la Lengua de la que era miembro honorario, como buen profesor de Redacción Periodística que fue; y buen corrector de originales. Doy fe.
De lo que él no presumió nunca en esas biografías ni encontrarán fácil en Google –y por eso lo aporto aquí– es de haber sido uno de los directores de periódico más jóvenes de España, si no el que más entonces. Con 25 años, en 1968, fue director del periódico Lucha, de Teruel, su tierra. Fue un puesto en el que apenas duró unos meses, porque fue cesado por los que entonces mandaban a la postre en todos los periódicos. Un fuerte desencuentro con el gobernador civil de Teruel le sacó del periódico y temporalmente de la profesión. Y por eso vino a Canarias como maestro de escuela pública que también era. Y fundó con Carmita una familia, una facultad y una trayectoria que hoy celebramos. Una trayectoria que, en sus primeros años, dio, junto a Ernesto Salcedo, espacio y debate en El Día y en el “Club La Prensa” a los nuevos políticos demócratas de los años setenta.
Aquel encontronazo con el poder político, con el gobernador civil, le previno sobre las complejas relaciones de periodismo y política.
Una de las sentencias-advertencia que nos solía hacer a los jóvenes periodistas en los años ochenta era: “No cabe la amistad entre un político y un periodista. La amistad de un político con un periodista es siempre interesada”. Se me quedó grabada.
Años después deje de trabajar con Ricardo –pensé que temporalmente– en Jornada, para hacerlo con un político, Adán Martín, durante muchos años, en el Cabildo y en el Gobierno. Tantos años que acabé yo también en la senda política durante los cuatro de una legislatura.
“¿Sabes lo que te digo Ricardo?”, le inquirí un día unos treinta años después: “Que he descubierto de primera mano que tampoco los políticos pueden ser amigos de los periodistas. Al menos de los buenos periodistas”.
Puso su cara de extrañeza sonriente. “Porque un político –añadí medio en broma– no le puede confiar el secreto de nada a un periodista ejerciente, sobre todo si es bueno. Si es bueno, por muy supuesto amigo que sea, siempre acabará soltándolo en petit comité o publicándolo, porque está en el ADN del oficio”.
Cerramos el círculo de aquella enseñanza con la lección de la mutua experiencia de nuestras vidas.
Gracias Ricardo por todo lo aprendido. Gracias a todos ustedes por honrarle con su presencia aquí.
Ricardo bandeó los vaivenes de la política durante décadas y dejó hondas pruebas de su capacidad para la amistad y amor a esta tierra [tanto como para alcanzar su título de más orgullo: Hijo Adoptivo de Tenerife].
Y se se topó finalmente, de nuevo, con la peor cara de la política casi medio siglo después, 47 años después, cuando las miserias de la pequeña política universitaria quisieron cortarle el paso a algo a lo que estaba predestinado: a morir con las botas puestas, al pie del cañón, de la investigación, de las tesis, de sus alumnos. Pero no lo consiguieron y el cabezón de Ricardo lo logró. Porque Ricardo Acirón murió hace solo un mes con las botas de servicio bien puestas».
Hay personas que te cambian la vida. No sabes cuando lo hacen. Pero, llegado un punto, miras hacia atrás y te das cuenta. Y a veces se lo insinuas, se lo dices más o menos, pero no se lo reconoces con la rotundidad de lo que es un hecho cierto y confirmado. Una verdad rigurosa, entre dos viajes a Pamplona.
Hoy he de dar testimonio de uno de esos casos. Ricardo Acirón, que se nos fue a Pamplona a morir -sin saberlo – en su último viaje, fue el aragonés cabezón que hace 35 años se empeñó en que yo -soldadito navarro en el cuartel de Almeida – quedara amarrado por siempre a Tenerife y Canarias por oficio, casa, familia y amigos, por esos cuatro vínculos que nos enraizan profundamente con una tierra y con su paisanaje humano. Y , por si alguna duda me asaltaba, Ricardo tuvo la osadía de aprovechar otro viaje a Pamplona para buscar entonces la complicidad de mi novia (hoy , mi mujer, Berta) y para que también se sumara, los dos juntos, a nuestra aventura vital en Canarias. Pasados los años, la canariedad de mis hijos es también un poco cosa a él debida.
Recuerdo esos gestos de entonces para recrear el lado más humano y entrañable de Ricardo, su vertiente más desconocida, que ocultó siempre tras su fachada de implacable profesor, capitán de redacción y adicto irremediable al trabajo desde la madrugada, mucho antes de que supiéramos qué era eso de ser un workalcoholic.
Y ya metidos en las veredas profesionales, es la palabra «rigor» la que primero asocio con Ricardo Acirón como periodista. Era una palabra que le gustaba mucho en aquellos años, una cualidad que siempre buscaba en cada pieza, en cada texto y en la concreción exacta de esos titulares por los que a veces peleábamos; conscientes de que una gran mayoría nunca baja a ver la letra pequeña.
Algunos han visto en el rigor de Ricardo esa primera acepción del diccionario: «Rigidez o firmeza en el trato o en el cumplimiento de ciertas normas». Pero yo siempre aprecie y aprendí de él la segunda: «Propiedad y exactitud o precisión en la realización de algo, especialmente en el análisis, el estudio o el trabajo científicos». Porque ese era el rigor que vi practicar a diario a Ricardo Acirón en nuestros ocho años juntos en El Dia y Jornada: la busqueda del dato preciso, contrastado, verdadero… riguroso, lo que ahora se viene llamando «periodismo de verificación» y que entonces era ,simplemente, «periodismo bien hecho», información contrastada.
Rigor, sí, y pertinaz empeño en no casarse con nadie a medio y largo plazo, en ser profesionalmente independiente, aunque en el corto plazo las circunstancias empresariales, las necesidades y la condición humana hacen del periodista un hombre tan vulnerable y/o formidable como todos. Pero en el horizonte hacia el que se camina -sostenía Ricardo – las aspiración de independencia del periodista ha de ser indeclinable, tozuda, permanente. Y eso tiene sus peajes y sus costes, porque mucha gente no es capaz de entenderlo.
Cuando alguien se va definitivamente, la vida nos muestra algunas lecciones que nunca acabamos de aprender . Nos dice que cualquier saludo y encuentro puede encerrar una despedida. Y que, por ello, hemos de saludarnos y encontrarnos siempre con la pasión que el corazón nos dicte, más allá de lo que digan las reglas de urbanidad y cortesía o nos imponga la desgana. Hoy me duele la pérdida de Ricardo y me duele no haberme «despedido» de él más intensamente a lo largo del tiempo, para combatir su fugacidad y llenar más nuestras horas de afectos.
El pequeño tributo de estas líneas no subsana nada de lo no vivido. Apenas quiere esbozar unos trazos de un hombre entregado hasta el último día a su triple e intensa devoción -periodismo, enseñanza y familia – y arraigado ya, para siempre, en el recuerdo de los que tuvimos la suerte de disfrutarle en alguna étapa de la vida. Y quiere también recordar que, si alguna vez necesitamos sentir a Ricardo cerca, siempre podemos acercarnos a mirar en el fondo de los limpios y vivos ojos de Carmita.
Detrás de una marca que tiene presencia en las redes sociales hay al menos una persona que actúa como intermediario con el internauta, el community manager. Es el encargado de escuchar y dinamizar una comunidad en páginas como Facebook para obtener unos resultados que no siempre son inmediatos.
Daniel, periodista, y Diego Cerdán, ingeniero, padre e hijo, han sido galardonados en la categoría de Mejor Community Manager en la primera edición de los premios Excelencia Tenerife 2.0 que celebró recientemente el Cabildo insular en Arona.
Este reconocimiento ha puesto cara a la pareja que trabaja en potenciar la presencia en redes sociales de marcas tan conocidas en la isla como Loro Parque, Siam Park, Transportes Interurbanos de Tenerife (Titsa), o las plataformas Calle de La Noria y Bares de La Laguna, que dinamizan la actividad de estas zonas de ocio en internet.
La gestión de comunidades digitales en internet es un oficio relativamente reciente que al mismo tiempo que se está ejerciendo se está definiendo como profesión. Para Daniel Cerdán se trata de «una evolución de mi trabajo como periodista. Es un campo en el que todavía se están fijando las reglas de buenas prácticas. Las grandes cuentas que existen están normalmente construidas y gestionadas por profesionales de la comunicación y el márquetin que han sabido identificar lo que funciona y lo que no».
La facilidad de compartir textos e imágenes en estas páginas puede hacer pensar que se puede conseguir mejores resultados a medida que se incremente el número de publicaciones. Realmente no es así. Daniel Cerdán (@danielcerdan) destaca que han basado su trabajo en «publicar solo los contenidos que son pertinentes y atender las necesidades de los clientes, que son los internautas. El año pasado empezamos a trabajar con Titsa, que ha demostrado ser una marca que se entiende mejor en la red social de mensajes cortos Twitter que en Facebook. Por ese motivo nos hemos centrado más en el seguimiento en esta red. En poco más de un año de trabajo hemos posicionado a esta marca como una de las 10 primeras de Canarias en esta red social».
Uno de los mayores errores que se produce al introducir una marca en este nuevo soporte son las prisas por obtener resultados. Diego Cerdán (@diegocerdan) destaca que «la inversión que se realice en este tipo de comunicación va a tener siempre una rentabilidad diferida en el tiempo. Todos empiezan teniendo pocos seguidores y, por lo tanto, tienen una audiencia inicialmente pequeña. La inversión publicitaria, por contra, tiene el impacto inmediato que ofrece el medio de comunicación en el que se publica». Destaca que esta lentitud tiene aspectos positivos. «En todo caso, aunque en las redes sociales los tiempos son más lentos, también la inversión es menor y el trabajo a lo largo del tiempo permite ir vinculando la marca con su público objetivo», recalcó.
Resultados destacados
Uno de los aspectos más controvertidos entre el empresario y el community manager es cómo evaluar el resultado de la inversión que se realiza en las redes sociales. Diego Cerdán considera que «no se debe de medir en venta directa. No es el ámbito adecuado. Hay que valorar el conocimiento que se genera de los clientes gracias a las redes sociales. Por otro lado, el trabajo tiene que ser colaborativo y si no está ligado al que se realiza en otros departamentos de una organización, como el de atención al cliente o las relaciones públicas, sus resultados bajarán». Para Daniel Cerdán hay un binomio que permite conocer el resultado del trabajo. «Decir que no es importante tener seguidores es tan absurdo como decir que no es importante el número de clientes que tienes. También hay que tener en cuenta el grado de interacciones que se realizan. Es lo que demuestra el grado de vinculación de los internautas con una marca».
Daniel Cerdán considera que «uno de los errores más habituales es establecer concursos para conseguir inflar unas cifras que se usarán de forma publicitaria. Algunas marcas han utilizado técnicas excesivamente agresivas, o concursos no pertinentes, que les ha llevado a un crecimiento explosivo en el número de seguidores, pero el paso del tiempo demuestra que estos internautas no interactúan con ellas, por lo que realmente no obtienen el valor que generan las redes sociales».
Adán Martín, el sexto presidente del Gobierno de Canarias, murió el 10 de octubre de 2010, después de dedicar más de un tercio sus 67 años a la política, al servicio público, en el Ayuntamiento de Santa Cruz, en el Cabildo de Tenerife, en el Congreso de los Diputados y en Gobierno de Canarias. Antes, durante y después de esa larga etapa de veintiocho años fue un emprendedor constante. Corredor de fondo, gustó siempre de jugar a medio y largo plazo.
Adán Martín siempre trabajó con planes y programas, con metas y objetivos. Y fue alérgico a las ocurrencias improvisadas, fuente para él de la arbitrariedad, del despilfarro y de la falta de equidad en el uso de los recursos públicos. En esta hora del análisis de su vida no es fácil abarcar a una personalidad pública compleja, que diversificó sus esfuerzos en tantos frentes de actividad. En lo personal, sin embargo, es más sencillo aproximarse a él. Fue un hombre radicalmente bueno, asaltado por la duda. Entendiendo ésta no tanto como una limitación o debilidad, sino como un instrumento para mejorar lo mejorable al máximo, para no equivocarse o para no lastimar a terceros.
No siendo un teórico [porque le atravesó siempre su condición de ingeniero, su afán por resolver problemas prácticos], fue sin embargo un auténtico visionario; por su afán constante para tratar de adelantar el futuro. Y en ese punto quiero centrar esta pequeña semblanza. No tanto con mis palabras como con las suyas. En esta pasada primavera, dominada políticamente por la campaña electoral de 2011, cuando el debate político ha inundado Internet, los blogs y las redes sociales, afectando en cierta medida a los resultados electorales, no he podido sino recordar un acto y unas palabras suyas sobre este fenómeno. Pero de hace… 15 años.
Se celebraban entonces las elecciones generales de 1996. Era titular del Cabildo de Tenerife y dejaba aquel año el Congreso de los Diputados, al que se presentaba por primera vez el hoy presidente canario Paulino Rivero. Adán Martín asumió la coordinación de la campaña de CC y programó el primer cibermitin de la historia política española. Se hizo a través del entonces incipiente chat, una de las herramientas precursoras de las redes sociales de hoy. Junto a Rivero y a Alberto Génova mantuvo ese primer y pequeño mitin virtual. Y allí, entonces, ya anunció: “Hemos convocado este primer cibermitin desde España para destacar en las siete islas, en todo el país, y en todo el mundo la importancia que las telecomunicaciones tienen para los territorios insulares y alejados. En las elecciones que tendrán lugar dentro de tres o cuatro años, los mítines a través de Internet serán una práctica habitual en España. Hoy nos estrenamos y pedimos anticipadas disculpas por cualquier fallo que se pudiera producir”.
Cuando a la vuelta de los años, de los lustros, ese tejido digital ya permeabiliza nuestras vidas, no dejó de insistir sobre la necesidad de mejorar nuestra conectividad digital; porque a los ultraperiféricos los convierte en céntricos si son capaces de aportar buenos contenidos. Pero puso más énfasis en los últimos tiempos en la conectividad física: las comunicaciones e infraestructuras terrestres, marítimas y aéreas. En instalaciones que ahora se miran con recelo, pero que son el puente más sólido hacia esa plataforma entre continentes en la que se han puesto tantas esperanzas. Adán Martín diseñó lo que se llamó la Red Transcanaria de Transportes y el Eje Transinsular de Canarias ( https://www.gobiernodecanarias.org/transportes/eje_transinsular/ ), como la mejor y más grande oportunidad para unir a Canarias y, sobre todo, para lograr sinergias que generen riqueza y empleo. Y lo siguió alentando después, hasta el final de sus días.
En su última conferencia pública, en la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, insistió: “Necesitamos las comunicaciones si queremos ganar centralidad, si queremos salir de la marginalidad, si queremos tener una oportunidad en la globalización… Si tuviéramos una conectividad barata y formáramos realmente un colectivo de dos millones de personas plenamente integrado, surgiría todo un abanico de nuevas posibilidades empresariales y de empleo… Y creo que estamos olvidando que, para alcanzar ese auténtico mercado único interior, necesitamos financiar entre diez y quince obras importantes en comunicaciones terrestres, marítimas y aéreas para intentar que concluyan entre 2010 y 2020… pero no en el año 2030, como va a suceder a este paso”.
Fue un llamamiento persistente, al margen de las modas dominantes. Porque era muy consciente, además, de que las actuales restricciones presupuestarias podían retrasar el acercamiento entre las islas y con el mundo, clave para llegar a ser un auténtico nodo atlántico. Insistió tanto en ello como para que esta reseña quiera ser también eco de la última y más tenaz de sus visiones, de sus mensajes. Porque estaba convencido de que el potencial creador desarrollado en las tres últimas décadas puede ser la palanca de nuestro futuro si logramos romper el estrangulamiento histórico de las comunicaciones.
Biografía
Adán Martín Menis nació el 19 de octubre de 1943 en Santa Cruz de Tenerife. Estudió en las Escuelas Pías y en 1960 se trasladó a Barcelona para continuar su formación. Ingeniero Industrial y diplomado en Dirección de Empresas por la ESAE, inició su carrera política en la UCD (Unión de Centro Democrático) en el año 1979 y como teniente de alcalde del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, a las órdenes de Manuel Hermoso. Elegido presidente del Cabildo de Tenerife en 1987, ya con la Agrupación Tinerfeña de Independientes (ATI), desempeñó el cargo durante doce años. En 1999 y en las filas de Coalición Canaria (CC) entró a formar parte, como vicepresidente y consejero de Economía y Hacienda, del Gobierno de Canarias presidido por Román Rodríguez. Finalmente, fue presidente del Gobierno de Canarias entre 2003 y 2007, primero en coalición con el Partido Popular (PP) y, a partir de mayo de 2005, con un ejecutivo exclusivamente nacionalista. Retirado de la primera línea política, falleció en octubre de 2010, cuando estaba a punto de cumplir 67 años.
Publicado en el Anuario de Canarias 2011: https://www.anuariodecanarias.es/anuario-2010/el-ultimo-mensaje-de-adan-martin/