Categorías
Canarias Política

Solo se que no quiero saber

EL 50,6% DE LOS CANARIOS no saben a quiénes van a votar en las próximas elecciones autonómicas y municipales. «Solo sé que no sé nada» han respondido sócraticamente la mitad de los más de 3.169 ciudadanos a los que el Consejo Económico y Social de Canarias (CES) preguntó para saber por dónde se mueve «algo» del futuro electoral en esta tierra. Y ese ha sido la principal de las conclusiones difundidas por los medios sobre la segunda oleada de 2010 del Barómetro de Opinión realizado por el CES.

Y solo sabemos «algo» porque, deliberadamente, a la mitad restante no se le preguntó sobre su intención de voto, que es sin duda la forma más universalmente aceptada para medir la «presión» oscilante de las piezas de un sistema político. No se hizo ni se hace por una sencilla razón: les complica la vida a los ilustres consejeros del CES, les es incómodo cualquier resultado que pueda molestar a cualquiera de los tres grandes partidos en danza. Ninguno sale así malparado; pero los ciudadanos se quedan a dos velas. Si en España el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) hiciera lo mismo se perdería el dato más esperado de sus exploraciones.

En Canarias no tenemos CIS; pero cuando el Consejo Económico y Social decidió asumir libremente esta responsabilidad en 2007, consumiendo para ello casi 350.000 euros desde entonces, debió hacerlo con todas sus consecuencias, incluyendo por lo tanto las decisivas preguntas sobre la intención de voto. No tiene ninguna consistencia la afirmación de su presidente de que el CES no hace encuestas electorales, porque se preguntó a los encuestado por más de treinta cuestiones claramente electorales evitando simplemente las más reveladoras, las que realmente miden la temperatura política de las Islas.

Cuando esas preguntas se hacen por profesionales de las consultas de opinión, cada uno aplica su propio «manual de brujo» para tratar los datos y llegar a conclusiones que se acerquen a la realidad. Porque está archidemostrado que los datos en bruto son apenas orientativos, o engañosos en algunos casos. Cada uno tiene sus propias recetas para modular las intenciones directas de voto con otras variables expresadas en el cuestionario, sobre todo las referidas a sus simpatías partidarias y al voto que depositaron en el pasado. Por esa razón, el CIS entrega a los partidos los datos brutos de sus encuestas políticas, para que cada uno pueda «cocinarlos» como crea más conveniente.

Algo semejante podía hacer el CES canario para no despertar recelos en los partidos; pero sin rehuir su responsabilidad a la hora de augurar el futuro . Si persiste en eliminar las preguntas más relevantes de sus sondeos habrá que concluir que no optimiza como debe los recursos que se le asignan los presupuestos generales de Canarias. Y eso no pinta bien en una institución que está llamada a asesorar y a proponer buenas prácticas al conjunto de las administraciones canarias. Si persiste en esa inhibición descomprometida y temerosa hacia sus propias responsabilidades, flaco favor le hace a su propio futuro.

«Solo sé que no sé nada» dijo Sócrates, como piedra angular de su sistema filosófico. Va un abismo de ahí al «Solo sé que no quiero saber nada», de las futuras elecciones, una actitud que desmerece la credibilidad del CES y que debiera corregirse en posteriores sondeos.

Publicado en El Día

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *